El paisaje agrario elegido por el socio de Mallorca es el Pla de Sant Jordi. Esta zona de Palma, antiguamente denominada Prat de Sant Jordi o Prat d’en Catí, es un área aproximada de 55 km2, situada al este de la ciudad.
Hasta la mitad del siglo XIX, casi toda la zona era un salobrar con tres espacios pantanosos permanentes: s’Estany Blanc, Es Botxar de Son Mosson y sa Bassa d’en Vidrier. Las tentativas de desecación comenzaron a principios de mil ochocientos, pero dicha intención no se materializó hasta 1845 con el proyecto encabezado por el ingeniero Paul Bouvij. A partir de 1850 se considera prácticamente desecado todo el Prat de Sant Jordi, lo que permite una explotación agrícola intensiva de las nuevas tierras que quedaron al descubierto. Se registra un considerable aumento de la población favorecida por la segregación de las haciendas. Los nuevos colonos procedían de los municipios circundantes (Algaida, Llucmajor, Vilafranca, Marratxí y Santa Eugènia) y más adelante, de otros como sa Pobla o Campos, pero no de Palma. Se instalan en los núcleos históricos como son: Son Ferriol, sa Casa Blanca, Sant Jordi, Es Pil·larí o s’Aranjassa.
A principios del siglo XX, los principales cultivos son las hortalizas –El Pla de Sant Jordi fue denominado la despensa de Palma- y el forraje para los rebaños de vacas lecheras de raza frisona. Algunas verduras como la col que, tradicionalmente se consumía en abundancia, constituye uno de los productos más cultivados.
Asimismo, uno de los productos más rentables, económicamente, es el pimentón, el cual se utiliza a la industria de embutidos de Mallorca. Alrededor de la década de 1950, en Sant Jordi había cuatro fábricas de pimentón.
Uno de los protagonistas de este esplendor agrícola es el molino de viento de extracción de agua. En el año 1847 el ingeniero Paul Bouvij usó este ingenio para favorecer los trabajos de desecación del Prat de Sant Jordi. Según los datos de los que disponemos, el archiduque Luis Salvador, calcula que en 1872 ya se habían instalado en Mallorca 57 molinos de viento de extracción de agua, 36 de los cuales se situaban en el Pla de Sant Jordi. En 1951 A. Valdés ya calcula unos 900 molinos de extracción de agua en el municipio de Palma; y para finalizar, el catálogo elaborado por el Consejo de Mallorca (diciembre 2007) nos sitúa 1.056, de los cuales el 99% están ubicados en el Pla de Sant Jordi.
La última de las transformaciones de esta comarca se inicia a partir de la década de 1960 con la instalación del aeropuerto de Son Sant Joan, pero también hay otros factores que han contribuido a la alteración de esta zona: la crisis del sector lechero, a partir de la década de 1980 por la entrada de España en la Unión Europea, o la salinización progresiva de las aguas del freático, a causa de la sobreexplotación de los acuíferos para la agricultura, pero, sobre todo, para uso turístico.
Actualmente, en el Pla de Sant Jordi ha disminuido considerablemente el espacio agrario, a causa principalmente de la construcción de las grandes infraestructuras que conceden servicio al municipio de Palma y toda la isla: aeropuerto, autopista de Llevant (Ma-19) y autovía de Manacor (Ma-15), depuradoras: EDAR Palma 1 y Palma 2, la desaladora, grandes superficies comerciales, polígono de servicios de Llevant (Son Malferit), polígono de servicios de Son Oms, los polígonos industriales de Son Ferriol y Son Morro, el polígono de autocares y coches de alquiler de Son Banya, el Hospital de Son Llàtzer, el Centro de Inserción Social Joaquín Ruiz Giménez-Cortés y la prisión de madres de Son Malferit, la central térmica de Cas Tresorer, los depósitos de combustible, el Golf de Son Gual y de Puntiró, Mercapalma y solares dedicados a los vertidos incontrolados y el punto verde de Sant Jordi. Pero, además, hay una falta de renovación generacional de la mano de obra agraria; actualmente, son escasos los agricultores activos.
Todos estos factores han configurado un espacio en el cual los elementos patrimoniales, tanto arquitectónicos, técnicos y/o paisajísticos, están gravemente afectados.